
S&P Global Ratings ha reducido la calificación crediticia de Perú a ‘BBB-‘. ¿Cuál es la implicancia de esta acción?
La turbulencia política tiene un alto costo para el país, ya que esta disminución en la calificación afectaría la inversión, el empleo, el poder adquisitivo de las personas y los servicios públicos. La agencia S&P Global Ratings ha rebajado la calificación soberana de Perú a ‘BBB-’ desde ‘BBB’. Según su comunicado, esto se debe a la agitación política en el país, junto con la fragmentación del Congreso de la República y la falta de capital político del poder ejecutivo para implementar medidas y reformas. Esto, sin duda, tendrá un impacto significativo en nuestro país.
¿Qué implica esto y cómo nos afectará?
La economista de la Red de Estudios para el Desarrollo, Mónica Muñoz Nájar, explicó que esta calificación indica a los inversores qué tan confiable es el país para pagar su deuda. Durante años, hemos mantenido el grado de inversión, lo que nos califica como un país confiable. Sin embargo, dentro del grado de inversión, existen niveles y hemos descendido gradualmente a lo largo de los años. «Con esta calificación, la deuda emitida en nuestro país puede resultar más costosa, ya que no se tiene tanta confianza en que pueda ser pagada cómodamente. Y cuando la deuda de un país es más costosa, termina afectando las deudas de los ciudadanos. Si nosotros o las empresas buscamos obtener un préstamo, la tasa de interés será más alta», explicó.
Jorge Guillén, profesor de finanzas de ESAN, señaló que el problema radica en que aún estamos en déficit, y que incluso durante la pandemia hubo una calificación a la baja. «Cuando nuestros bonos pierden atractivo y la tasa de interés aumenta, si uno solicita un crédito y no está bien calificado, se presta dinero a una tasa cada vez más alta. Esto afecta al déficit y al crecimiento. Hay casos extremos como el de Venezuela, que obtiene préstamos de China a tasas altas», destacó. Además, la especialista mencionó que «sin duda, estos anuncios se han visto influenciados por lo recientemente mencionado por el ministro de Economía, José Arista, sobre el incumplimiento de la regla fiscal. También se evidencia que no hay un control adecuado del gasto y que hay muchas presiones políticas que el ejecutivo no puede controlar.
Por un lado, mencionó que los inversores extranjeros ya no tienen tanto incentivo para venir porque perciben al país como más riesgoso. Por otro lado, los inversores nacionales pueden tener dificultades para financiarse o lo harán a un costo mayor debido al aumento en los costos de financiamiento. «Ya sabemos qué sucede cuando la inversión disminuye: se reduce el empleo de calidad, aumenta el subempleo, crece la informalidad. También pone en riesgo el presupuesto público futuro. La inestabilidad política tiene un alto costo para el país, ya que esta disminución en la calificación afectaría la inversión, el empleo, el poder adquisitivo de las personas y los servicios públicos», concluyó.