
Perú se destaca como uno de los pocos países a nivel mundial con una inflación baja
Un aspecto que debe llenarnos de orgullo respecto a nuestras autoridades y hacernos creer en su capacidad de mejorar es la gestión del Banco Central de Reserva (BCR) en la preservación de la estabilidad monetaria, un éxito que varios representantes de la administración de Boluarte han intentado apropiarse. Según el INEI, la inflación acumulada en Lima Metropolitana alcanzó el 1.97% en 2024, lo que no solo permitió al BCR cumplir con su objetivo de mantener la inflación entre el 1% y el 3%, sino que también posicionó a Perú entre los países con la inflación más baja del mundo. Este logro se debe a la gestión de la política monetaria de Julio Velarde, presidente del BCR, su equipo y los directores del banco.
Por ejemplo, en Chile, el Banco Central prevé que la inflación cierre 2024 en 4.8%, mientras que en Colombia se estima que llegue a 5.2%. En Brasil, a mediados de diciembre, la variación anual de precios fue del 4.7%, y en México del 4.44%. Incluso en economías desarrolladas como la Eurozona, el indicador alcanzó el 2.3% y en Estados Unidos el 2.7%, con datos hasta noviembre.
Con el resultado de 2024, Perú mantiene el periodo de inflación de un solo dígito más largo de América Latina, con 27 años y 11 meses. Este logro marca el periodo de estabilidad monetaria más extenso desde los años 50 en la región.
Otro reconocimiento para la economía peruana fue el hecho de que el sol se convirtiera en la moneda «más sólida de la región». En 2024, el sol se depreció solo un 1.46% frente al dólar, cerrando en 3.76 soles por dólar, mientras que las monedas de otros países de la región experimentaron depreciaciones de dos dígitos. El BCR explicó que la estabilidad de la moneda se debe a sólidos fundamentos macroeconómicos, la credibilidad del Banco Central y su política monetaria, el alto nivel de reservas internacionales y una balanza comercial superavitaria.
Desde el año 2000, el sol ha sido la moneda que menos se ha depreciado frente al dólar, con un aumento del 5.5% en su valor. En comparación, el peso chileno se depreció un 73%, el peso colombiano un 95.8%, el peso mexicano un 111.1% y el real brasileño un 213.4%.