
La salida de peruanos por la inseguridad y la falta de empleo: más de 368,000 ciudadanos estarían cumpliendo un año sin regresar al país
La emigración de peruanos ha alcanzado niveles preocupantes y podría establecer un nuevo récord histórico según los datos oficiales al cierre de 2024. Solo en la primera mitad del año pasado, más de 184,000 compatriotas que partieron al extranjero en 2023 acumularon al menos un año sin regresar al país, según información del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). En una conversación con *La República*, Daniel Najarro, analista de Estudios Económicos de la Sociedad de Comercio Exterior (ComexPerú), señaló que esta cifra podría duplicarse, llegando a 368,000, superando los registros anteriores y confirmando una preocupante fuga de talento y mano de obra. Los principales factores que impulsan esta emigración son la falta de oportunidades laborales, el aumento de la inseguridad y la incertidumbre económica derivada del «deterioro de la confianza en el desarrollo económico y social del país».
Antes de la pandemia, cuando el país lograba reducir la pobreza, se observaba una disminución constante en el número de peruanos que dejaban el país, con un promedio anual de 100,000. Sin embargo, después de la crisis sanitaria y ante la falta de respuestas efectivas del gobierno frente a la inseguridad, la inestabilidad y el bajo crecimiento económico, comenzó a incrementarse la emigración de compatriotas. En 2022, se registró un pico de 279,000. Según una encuesta de Ipsos, el 57% de los peruanos emigraría si tuviera la oportunidad. La principal razón es la búsqueda de mejores condiciones de vida, seguida por el deseo de escapar de la creciente ola de inseguridad.
**Éxodo de profesionales**
La pérdida de capital humano está afectando gravemente el desarrollo económico del Perú. Entre 2020 y 2023, más de 554,000 trabajadores altamente calificados, como administradores, ingenieros, técnicos y docentes, dejaron el país. En ese mismo período, más de 127,000 estudiantes emigraron. A diferencia de las olas migratorias de los años 80 y 90, los peruanos que se van no huyen por obligación, sino que toman esta decisión buscando una mejor calidad de vida y desilusionados con un país que no les ofrece suficientes oportunidades, según el profesor de Historia Económica de la Universidad del Pacífico (UP), José Cabrejos.